Los baños de hielo han trascendido las épocas como un vehículo de salud y revitalización, su historia es tan fascinante como los beneficios que aportan a nuestro bienestar. Siglos antes de que Wim Hof los popularizara, las aguas gélidas ya eran la clave de la cura y prevención de diversas enfermedades en la antigüedad.
En los escenarios nevados del siglo XVI, las sociedades nórdicas reconocieron el potencial sanador de los baños helados. En contraste con las percepciones modernas de comodidad y calor, estas culturas bravas encontraron en las heladas aguas una forma de confrontar una serie de afecciones que iban desde simples pesadillas hasta complejas enfermedades como la lepra o el cáncer.
Sin embargo, no fue hasta finales del siglo XIX cuando esta práctica resurgió en el Nuevo Mundo. Un inmigrante ruso, Louis Sugarman, llevó la tradición del baño de hielo a tierras estadounidenses, ganándose el cariño y el respeto de la sociedad como “el oso polar humano”. Su devoción por las aguas heladas no solo respondía a una cuestión cultural, sino a una convicción personal de que este ritual contribuía a su bienestar integral y a su eficiencia motriz.
Hoy, en una era en la que la filosofía estoica resurge y gana adeptos, los baños de agua fría se presentan como una metáfora perfecta de este pensamiento: una forma de enfrentar voluntariamente una adversidad controlada para fortalecer nuestro carácter y resistencia. La científica danesa Susanna Søberg, por ejemplo, propone el uso de baños fríos como una práctica de desarrollo personal y de resiliencia física y mental.
¿Pero cuáles son los beneficios concretos de los baños con agua helada?
1. Revitalización de la piel y circulación sanguínea.
El impacto del agua fría en tu piel puede resultar en una circulación sanguínea más eficiente, lo que a su vez incrementa la oxigenación corporal. Esta oxigenación aumentada estimula la producción de colágeno y elastina, proteínas que contribuyen a mantener una piel firme y flexible.
2. Alivio del dolor muscular.
Los baños de agua fría pueden servir como una terapia efectiva para el dolor muscular y la fatiga después de un ejercicio riguroso, similar a la terapia con hielo utilizada por los atletas.
3. Mejora del estado de ánimo.
Los baños de agua fría pueden liberar endorfinas, neurotransmisores que generan una sensación de bienestar. Además, pueden ayudar a reducir los síntomas depresivos al estimular el sistema nervioso simpático.
4. Aumento de la circulación en las piernas.
Los baños de agua fría pueden ayudar a mejorar la circulación en las piernas, reducir la inflamación y facilitar el drenaje linfático.
5. Optimización de la recuperación muscular.
La inmersión en agua fría limita la respuesta inflamatoria, lo que puede acelerar el proceso de recuperación muscular después de un entrenamiento intenso.
6. Prevención de enfermedades metabólicas.
La inmersión en agua fría puede reducir la inflamación crónica de bajo grado, que se ha relacionado con enfermedades metabólicas como la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
7. Mejora del sueño y claridad mental.
Según Wim Hof, “El Hombre de Hielo”, los baños de agua fría pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño y proporcionar una mayor claridad mental.
8. Mejora del rendimiento deportivo.
Los baños de agua fría pueden mejorar el rendimiento deportivo al facilitar la recuperación muscular y reducir la inflamación.
9. Fortalecimiento de la resiliencia mental.
Los baños de agua fría pueden ser una forma efectiva de fortalecer la resiliencia mental al proporcionar un desafío que puede superarse.
10. Mayor resistencia al estrés.
La inmersión en agua fría puede ser una forma de eustrés o estrés positivo, que puede ayudar a mejorar la eficiencia y la confianza en uno mismo.
11. Fortalecimiento del sistema inmunitario.
Los baños de agua fría pueden fortalecer el sistema inmunitario. Un estudio encontró que las personas que tomaban baños de agua fría regularmente eran menos propensas a enfermarse.
12. Incremento de la fuerza de voluntad.
Un estudio de 2018 encontró que los baños de agua fría pueden mejorar la fortaleza mental y la fuerza de voluntad.
13. Estimulación del metabolismo y pérdida de peso.
Los baños de agua fría pueden activar las células de grasa marrón, lo que puede aumentar la quema de glucosa y grasa, lo que a su vez puede acelerar el metabolismo y contribuir a la pérdida de peso.
14. Reducción de la inflamación de la piel.
Los baños de agua fría pueden reducir la inflamación de la piel, ayudando a aliviar afecciones como la cuperosis, la rosácea, las arañas vasculares y el acné.
15. Fortalecimiento del sistema cardiovascular.
La exposición al frío puede resultar en una vasodilatación compensatoria en el sistema vascular más profundo, lo que puede mejorar la función cardiovascular.
16. Mejora de la salud del cabello
Los baños de agua fría pueden ayudar a limpiar profundamente el cuero cabelludo y cerrar los poros, lo que puede resultar en un cabello más brillante.
17. Incremento de la capacidad de estar atento.
La inmersión en agua fría puede activar el sistema nervioso y estimular la liberación de neurotransmisores como la noradrenalina, que puede ayudar a mejorar la atención.
18. Sostenibilidad medioambiental.
Los baños de agua fría no requieren de energía adicional para calentar el agua, lo que los convierte en una práctica más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
19. Mejora de la líbido y la producción de esperma.
La inmersión en agua fría puede estimular la liberación de testosterona, lo que puede mejorar la líbido y la capacidad de respuesta sexual.
20. Optimización de la función renal y linfática.
Los baños de agua fría pueden mejorar el funcionamiento de los riñones y el sistema linfático, lo que puede ayudar a eliminar los residuos y toxinas del cuerpo.
21. Aumento de la productividad.
Las duchas frías en la mañana pueden aumentar la actividad mental y la productividad.
22. Mejora de la autoestima y el autocontrol.
Los baños de agua fría pueden verse como un desafío a superar, lo que puede mejorar la autoestima y la sensación de autocontrol.
23. Protección celular y anti-envejecimiento.
La exposición al frío puede aumentar la producción de proteínas que protegen a las células del envejecimiento y las reparan.
¿Qué dice la evidencia científica sobre los baños a bajas temperaturas o crioterapia?
Si bien podemos ver un listado de beneficios enormes en relación a los baños helados, aún es un tema que se encuentra bajo diferentes estudios, sin tener certezas completas sobre su impacto positivo.
Numerosos estudios han explorado los efectos positivos de los baños de hielo. Un análisis de 2020 examinó más de 400 estudios y encontró una tendencia positiva hacia los beneficios de la crioterapia, aunque también se destacó la necesidad de más investigación para determinar las proporciones ideales de tiempo de exposición al frío y al calor.
En lo que respecta a la salud inmunológica, un estudio publicado en Plos One encontró que las duchas o baños de agua fría pueden fortalecer el sistema inmunológico. Con una muestra de más de 3,000 personas, se demostró que aquellos que se duchaban con agua fría durante al menos 30 segundos al día redujeron las bajas laborales por enfermedad en un 29%. Los participantes también reportaron un aumento en los niveles de energía comparable al efecto de la cafeína.
La científica danesa Susanna Søberg, experta en grasa parda, sugiere que la exposición regular al frío puede aumentar el metabolismo y promover el bienestar. En su libro “Baños en aguas frías: El secreto escandinavo para llevar una vida más feliz y saludable”, Søberg explica cómo la exposición al frío puede activar las grasas pardas, lo que a su vez puede aumentar la metabolización energética. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos.
Otro estudio de la Universidad de Oulu en 2004 encontró que los participantes que se bañaban en agua fría al aire libre tenían más energía y eran más activos en comparación con un grupo de control.
En conclusión, aunque la evidencia científica en torno a los baños de hielo es mixta y aún se está investigando, se ha demostrado que pueden ofrecer varios beneficios, incluido el fortalecimiento del sistema inmunológico y el aumento de los niveles de energía. Sin embargo, es importante recordar que los baños de hielo también conllevan riesgos y no son adecuados para todos. Si estás considerando incorporar los baños de hielo a tu rutina, asegúrate de hacerlo de manera segura y consulta a un profesional de la salud antes de comenzar.
¿Cuáles son los riesgos y precauciones que hay que tener al embarcarse en la crioterapia?
Los baños de hielo, aunque ofrecen una serie de beneficios potenciales para la salud y el bienestar, no están exentos de riesgos. La exposición al frío extremo debe abordarse con precaución y no es adecuada para todas las personas.
Existen ciertas condiciones médicas que hacen que los baños de hielo sean particularmente peligrosos. Entre ellas se incluyen trastornos sanguíneos raros como la crioglobulinemia, que provoca la formación de coágulos sanguíneos a temperaturas frías, y el síndrome de Raynaud, que afecta la circulación en las extremidades.
Asimismo, los individuos con hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares deben tener especial cuidado, ya que los baños de hielo pueden incrementar la presión arterial, posiblemente desencadenando eventos cardíacos.
En el caso de la diabetes, que a menudo se asocia con mala circulación sanguínea, los baños de hielo podrían ser contraproducentes y potencialmente peligrosos, al limitar aún más el flujo sanguíneo hacia las extremidades.
Además de las consideraciones de salud subyacentes, es importante tener en cuenta el potencial de sobreexposición al frío. La hipotermia y las quemaduras por congelación son riesgos reales si se pasa demasiado tiempo en agua helada. Se recomienda limitar la exposición al agua fría entre 10 a 15 minutos y siempre comprobar la temperatura del agua antes de sumergirse.
En general, si se tiene una condición de salud preexistente o se experimentan problemas después de un baño de hielo, es crucial buscar asesoramiento médico. Los baños de hielo pueden ser una práctica beneficiosa para muchos, pero es esencial recordar que cada cuerpo es diferente y lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro.
¿Cómo empezar con los baños de agua fría?
Para los principiantes, el método Wim Hof sugiere empezar de a poco, incorporando 30 segundos de ducha fría al final de tu baño habitual. Este enfoque gradual te ayudará a adaptarte al frío y, con el tiempo, podrás soportar temperaturas más bajas y duraciones más largas.
Una vez que te sientas cómodo con las duchas frías, puedes avanzar hacia los baños de hielo a cuerpo completo. Recuerda, la temperatura ideal para un baño de hielo es de 10 a 15 grados Celsius, y la duración recomendada es no más de 15 minutos.
Para aquellos que son nuevos en los baños de hielo, es recomendable comenzar con una ducha normal y terminar con agua fría. Puedes empezar con unos pocos segundos y aumentar la duración a medida que tu tolerancia mejora.
Una vez que estés listo para un baño de hielo completo, puedes preparar tu bañera llenándola con cubitos de hielo y agua fría. La clave es sumergirse lentamente. Si puedes hacerlo en la naturaleza como lagos, ríos o el mar, puede ser una extraordinaria que experiencia, aún con más ventajas por la conexión que puedes generar con la naturaleza.
La regularidad también es importante para obtener los beneficios máximos, así que intenta programar a lo menos dos baños de hielo a la semana.
Estas son algunas consideraciones para convertirte en un profesional de los baños de hielo:
- Comienza con duchas de agua caliente y fría alternas y aumenta gradualmente.
- Siempre sumérgete lentamente, nunca saltes.
- Practica la respiración consciente para ayudar a tu cuerpo a adaptarse al frío.
- Asegúrate de llevar la ropa adecuada para cuando salgas del agua.
- Escucha a tu cuerpo y evita la sobreexposición al frío.
- Solo debes tomar un baño de hielo si te sientes saludable y en forma.
Los primeros 30 segundos de inmersión en hielo son muy importantes y los más difíciles, ya que es el tiempo que necesita tu cuerpo para adaptarse a la sensación de frío. Con el tiempo, podrás aumentar la duración de tus baños de hielo y disfrutar de la experiencia vigorizante.
Al final, el enfoque más importante para los baños de hielo es la seguridad y la paciencia. Presta atención a tu cuerpo, evita la sobreexposición y recuerda que cada persona es diferente: lo que funciona para uno puede no funcionar para otro.
¿Hay famosos y celebridades que hagan baños helados?
El interés por los baños fríos ha crecido en los últimos años, impulsado en gran parte por las celebridades que hablan abiertamente sobre sus beneficios. Estrellas de la talla de Lady Gaga, Harry Styles y Madonna han destacado cómo la inmersión en agua fría forma parte de su rutina de recuperación y mantenimiento, lo que ha ayudado a popularizar aún más esta práctica.
El mundo del deporte también está lleno de defensores de los baños fríos. Deportistas de élite como Cristiano Ronaldo, Jessica Ennis Hill y el tenista británico Andy Murray han afirmado que los baños fríos les ayudan a aliviar el dolor y acelerar la recuperación muscular después de las competencias. Incluso el tenista Novak Djokovic, famoso por su resistencia en el deporte, ha manifestado utilizar este método.
Pero si hay un nombre que resuena fuerte en este ámbito es el de Wim Hof. Este atleta extremo holandés, conocido como ‘El Hombre de Hielo’, ha popularizado un método que lleva su nombre y se basa en la exposición al frío, el control de la respiración y la meditación. Este enfoque, según Hof, es una herramienta efectiva para mejorar la salud y potenciar la claridad mental.
Hof ha logrado hazañas asombrosas utilizando su método, como escalar el Everest y el Kilimanjaro vistiendo solo unos shorts y zapatos, y resistir durante horas sumergido en lagos helados. Según Hof, los baños en hielo ayudan a reducir el estrés, fortalecer el sistema inmunitario, la salud mental y la recuperación física, además de aumentar la fuerza de voluntad, mejorar la calidad del sueño y promover la pérdida de peso.
¿Y hay personas que lo están practicando en Chile?
La popularidad de los baños de agua fría se ha extendido más allá de las celebridades y los deportistas de élite, llegando incluso a lugares como Chile. La nadadora chilena Bárbara Hernández, conocida como ‘la sirena de agua congelada‘, tiene dos récords Guinness por sus nados en agua helada.
Bárbara no solo hace baños de agua fría, si no que lo lleva a límites mucho más exigentes, haciendo nados de larga distancia en aguas de muy bajas temperaturas.
En la capital de Chile, Santiago, Alan Earle, conocido como Alan Iceman, ha popularizado el reto de baños diarios de aguas a muy bajas temperaturas, y ha motivado e incentivando a muchas personas a seguir esta tendencia. De hecho ha construido instalaciones para que diferentes “crionautas” como denomina a las personas que se animan a probar la criomedicina, vayan y vivan esta experiencia única con él.
Y desde otras partes de Chile como el lago Llanquihue, ya hay varios que se han inspirado por esta tendencia y llevan muchos días bañándose cada día en el lago, los ríos o el mar, generando además una experiencia única de conexión con la naturaleza.
Si quieres vivir la experiencia, desde cualquier país hispanohablante, cada vez se va creando una comunidad de personas que están probando esta experiencia.
¿Te animas?