Seguir una rutina de limpieza facial diaria es clave para mantener una piel saludable. Una rutina de limpieza sencilla pero constante es suficiente para eliminar células muertas e impurezas, y proteger la piel de agentes externos.
Lo primero que debes saber antes de elegir productos para una buena rutina de limpieza facial es tu tipo de piel. Tu piel puede ser grasa, seca, sensible, normal o mixta. Además de conocer tu tipo de piel, también debes saber qué tipo de productos trabajan de manera correcta en conjunto y el orden en el que debes utilizarlos.
Guía paso a paso para el cuidado diario de la piel
Rutina Matutina
Limpiar: Es esencial comenzar la rutina diaria para cuidar la piel con una limpieza facial, incluso si no usas maquillaje. Al limpiar tu rostro por la mañana, remueves el sudor y otras toxinas que se acumulan en la piel.
Lava tu cara con agua tibia y un producto limpiador. Aplica el producto sobre tu cara y contorno de ojos con movimientos circulares y ascendentes. Masajea los músculos de tu cara suavemente. El masaje se recomienda para suavizar líneas de expresión.
Exfoliar: Aplica un producto exfoliante una vez por semana para eliminar la capa superficial de células muertas de tu piel.
Hidratar con protección solar: Usa un producto hidratante que tenga protección contra los rayos UV. El sol en la piel es la primera causa de arrugas y manchas de pigmentación. Si tu piel estará expuesta al sol por más de 5 horas, aplica una crema protectora con factor SPF 30 o superior. Vuelve a aplicar la crema después de nadar o sudoración excesiva.
Rutina Nocturna
Durante la noche tu piel se regenera y es más permeable a los tratamientos, por eso la rutina de cuidado facial nocturna es importantísima para tener una piel sana.
Limpiar: Limpiar el rostro al final del día es fundamental para eliminar las partículas de contaminación y otros agentes externos.
Si utilizas maquillaje, comienza tu rutina nocturna removiendo el maquillaje con un disco de algodón y un producto desmaquillante. Luego procede a limpiar tu rostro con el mismo producto que usas en las mañanas y aplícalo con suavidad.
Hidratar: El último paso de una rutina de cuidado diario de la piel es aplicar un producto hidratante que puede ser en formato crema, gel, loción o líquido. Elige un producto que repare el ADN de tu piel, remueva células y retrase el envejecimiento. Expertos recomiendan activos antiedad como la Vitamina A – o retinol , o vitamina C que protege de los radicales libres que hay en la contaminación.
Una vez hayas elegido tu producto, aplícalo en todo tu rostro o sólo en las partes más secas. Si tienes la piel muy grasa, la recomendación es que uses serum. Por ningún motivo te saltes este paso, incluso si tienes piel acneica, según expertos, incluso las pieles grasas necesitan hidratación. Para este tipo de piel se recomiendan productos, no comedogénicos, sin aceite (oil free), que hidratan pero no aportan grasa.
Tratamiento para cada tipo de piel
Según especialistas en dermatología, para pieles grasas es recomendable usar productos con activos seborreguladores, productos hidratantes que no contengan alcohol para las pieles secas y productos sin jabón para pieles sensibles.