Chile es el país que tiene más termas en Sudamérica, y es que aquí las aguas termales van de norte a sur. Gracias a la majestuosa Cordillera de Los Andes, y sus múltiples volcanes, las termas abundan en este país. Al caer la lluvia esta desciende hasta las profundidades de la Tierra, donde se calienta gracias al magma de los volcanes. En este silencioso lugar, el agua también se llena de minerales que tienen el poder de sanar, relajar y restaurar nuestros cuerpos.

Este regalo de la naturaleza existe en más de 270 puntos a lo largo del país. En todo Chile hay piscinas naturales y lujosos complejos termales en entornos tan diferentes entre sí como lo son el Desierto de Atacama y la Patagonia. 

Chile es un buen destino de termas no sólo por su abundancia en este tipo de aguas, también tiene este título porque las termas se encuentran en lugares increíbles, donde confluyen la sanación del agua termal, con el bienestar que entrega la naturaleza.  

En el Altiplano es posible disfrutar de un baño termal mirando las altas montañas tan sólo con la compañía de flamencos y llamas. En la Carretera Austral el entorno de las aguas calientes consta de cientos de especies diferentes de plantas escuchando el canto de las aves. En la región de los Ríos las termas están rodeadas de exuberantes bosques y en la Patagonia las aguas termales se encuentran escondidas entre fiordos. 

Sea cual sea la terma que elijas, puedes combinarla con caminatas por bosques nativos, trekkings entre las montañas, rafting en los furiosos ríos que nacen en Los Andes, u otra de las tantas aventuras que puedes vivir en Chile.

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